¿Cómo empezar a redactar un texto?

Al sentarse a redactar un texto, ¿quién no ha experimentado alguna vez el síndrome de la hoja en blanco? Es decir, ese miedo que hay que enfrentar para poner la primera palabra y continuar con el escrito.

Pues bien, esa sensación de parálisis y ansiedad durante el proceso de creación escrita la tienen hasta los más experimentados. Y la mejor manera de superar ese bloqueo que genera la página en blanco es tomar una serie de decisiones antes de empezar a trabajar.

En primer lugar, es importante tener muy claro sobre qué se va a escribir y cómo se va a hacer. El resto puede variar y es posible efectuar correcciones conforme se avanza en la escritura.

7 cosas que hay que pensar al redactar

¿Qué se va a decir? ¿Cómo? ¿A quién? Estos son los primeros interrogantes a los que se debe dar respuesta antes de comenzar. Después de todo, la misma información se puede formular de manera distinta según el destinatario y la intención con la que se comunica.

Por eso, a continuación damos algunos tips sobre ciertas cuestiones que hay que tener en cuenta antes de empezar a redactar un texto.

  • Tema
    Lo primero que tenemos que tener claro es el tema del texto. Se recomienda preparar un esquema con el tema principal y los subtemas que servirán para darle forma al texto. Luego, si se usan esos subtemas como encabezados o títulos en diferentes apartados, resultará mucho más fácil desarrollar el contenido. Estos aspectos son fundamentales porque ayudan a comunicar las ideas de forma clara y ordenada, y le dan coherencia al texto.
  • Objetivo
    Junto con el tema, hay que saber para qué se escribe. Es decir, cuál es la intención del texto: informar, explicar, entretener, argumentar, vender un producto o servicio, etc. Una vez definido esto, dicho objetivo debe estar presente en todo momento durante la escritura. Por ejemplo, si el texto debe informar sobre un avance logrado en el ámbito de la ciencia, no se puede usar el mismo artículo para ofrecer un servicio o vender un producto al destinatario.
  • Destinatario
    ¿Para quién es el texto? ¿A quién va dirigido lo que vamos a escribir? No es lo mismo redactar un texto académico que uno publicitario o epistolar. Cada uno debe cumplir con ciertos requisitos en cuanto a estructura y estilo según su tipología textual.
  • Título
    El título debe aportar información y resultar atractivo o invitar a la lectura. También debe hacer referencia al tema del texto. Por eso, se recomienda que sea lo más corto posible y con palabras relevantes sobre el tema que aborda.
  • Estructura
    Cada tipo de texto tiene una estructura que se debe respetar, en especial cuando es de tipo académico o laboral. No obstante, la estructura general suele ser:

    • Introducción: primera parte que explica qué tema se va a desarrollar y cómo va a hacerse.
    • Desarrollo: expone los argumentos relativos al tema. Además, al tratarse del cuerpo del texto, contiene la mayor cantidad de material e información que se debe o quiere expresar.

    Aquí, es importante recordar que cada párrafo debe desarrollar una sola idea (subtema) sobre el tema principal a desarrollar.

    • Conclusión: cierra la idea y puede ofrecer una reflexión o sintetizar el contenido. También, puede incluir una opinión sobre algún aspecto o resultado.
  • Orden
    En cuanto a las oraciones, es fundamental respetar la estructura gramatical típica del español: sujeto-verbo-objeto, sin olvidar que a veces la alternancia de los elementos oracionales aporta fluidez al texto. Además, siempre es mejor optar por una oración corta que exprese la idea de forma clara y concisa.
  • Puntuación
    Cuidar la puntuación es fundamental, ya que da coherencia y fluidez a lo redactado. No usarla adecuadamente puede llevar a confusiones, incoherencias o hasta cambiar el sentido de una frase. Por ejemplo:

    • Los soldados, cansados, volvieron al campamento.
    • Los soldados cansados volvieron al campamento.

    En el primer caso, todos los soldados volvieron al campamento y todos estaban cansados. En el segundo, en cambio, solo regresaron los soldados que estaban cansados.

¿Cómo hacer un buen uso de las palabras?

Al avanzar con la redacción, es preciso evitar el uso de palabras irrelevantes, repeticiones innecesarias, así como también, el abuso de clichés, muletillas u omisiones, ya que pueden quitar espontaneidad y originalidad al discurso, o incluso confundir al lector.

Otros aspectos a considerar son:

  • Vocabulario
    Es bueno variar los términos mediante el uso de sinónimos, ya que la repetición de palabras puede generar confusiones y hasta volver compleja y tediosa la lectura del texto. Además, si se trata de textos científicos, es importante cuidar el uso del vocabulario técnico.
  • Uso de adjetivos
    Los adjetivos dan textura y detalle a la redacción, y son la base de una descripción, la clase de palabras que le permitirá al lector construir la imagen mental de lo que lee. Sin embargo, su uso debe limitarse y cuidarse mucho.Si el texto se vuelve redundante o excesivamente descriptivo, puede llegar a retrasar demasiado la idea y con ello obstaculizar su lectura.
  • Precisión
    Conviene evitar las palabras vagas o de significado muy general como “cosa”, “algo”, “asuntos”. En lugar de esto, se deben usar términos más precisos que dejen bien en claro la idea que se desea expresar. 

¿Cómo se puede iniciar un párrafo?

Con respecto a los párrafos, cada uno de ellos tiene que desarrollar una idea de manera completa y cerrada. La idea es que cada párrafo contenga una palabra clave que haga referencia al subtema desarrollado en él.

Además, se debe escribir desde lo general hacia lo particular, dándole un orden lógico y cronológico al texto, y darle ese mismo orden a cada párrafo.

En este punto, es fundamental el uso de marcadores textuales o discursivos para tejer oraciones y párrafos entre sí y, así, cohesionar y dar coherencia al escrito. Cuando este tipo de palabras se usan adecuadamente, dotan al texto de una estructura que facilita la redacción y con ello, la lectura.

Pero ¿dónde se ubican los marcadores textuales? Todo depende de su función:

  • Al inicio, invitan al lector a adentrarse en la lectura (El presente trabajo trata sobre… / El objetivo de este escrito es…)
  • En la parte central, se emplean como hilo conductor de un tema (En cuanto a / por otro lado / de este modo / por ejemplo / en cambio / no obstante / además / asimismo / es decir)
  • Al final, se usan para cerrar o concluir la exposición (En conclusión / en suma / en resumen / finalmente / para finalizar)

 

En resumen, cada pieza de contenido que se desarrolla sigue sus propios términos según el tipo de texto y su destinatario. Por eso, en caso de necesitar ayuda, recurrir a una agencia de traducción como sanscrit es la mejor decisión.


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