
La traducción de antropónimos al español
La versión doblada al español de El hombre de la máscara de hierro suscita una interesante pregunta: ¿Es correcto traducir los nombres propios extranjeros a la lengua española o habría que conservarlos en su lengua original?
Hace poco tiempo vi la película El hombre de la máscara de hierro doblada al español y me percaté de un detalle relacionado con la traducción al que nunca antes le había dado importancia. La historia de este largometraje se desarrolla en la Francia de 1662 y cuenta con diversos protagonistas: los famosos tres mosqueteros, Athos, Porthos y Aramis; D’Artagnan; el rey Luís XIV; su hermano, Philippe, y la madre de ambos, Ana.
En la versión doblada al español, el nombre propio, es decir, el antropónimo, de cada uno de estos personajes se pronuncia en español y no en francés. No obstante, todos los nombres de pila que aparecen en la película se mantienen en francés menos dos de ellos: Ana y Luís. Esto se debe a que el resto de nombres no cuentan con un equivalente en lengua española. Por ello, únicamente se hispaniza su pronunciación.
En España, hace años, era habitual traducir al español los nombres propios extranjeros, especialmente los de los miembros de la realeza, personajes históricos, papas y autores o personas relevantes.
Por lo que respecta a los antropónimos Ana y Luís, las decisiones que llevaron a su traducción son diferentes. En el primer caso, la reina consorte de Francia era española, Ana de Austria, por lo que, en la versión doblada, resulta lógico mantener su nombre original en español, en lugar de traducirlo al francés. En el segundo caso, el verdadero nombre del conocido como Rey Sol en lengua francesa es Louis XIV. En España, hace años, la tendencia era traducir todos los nombres propios extranjeros a nuestra propia lengua, especialmente los de los miembros de la realeza, personajes históricos, papas y autores o personas relevantes. Por esta razón, es probable que, en El hombre de la máscara de hierro, se decidiera sustituir el antropónimo del rey de Francia, Louis, por su equivalente en español, Luís.
No obstante, el nombre del gemelo del monarca, Philippe se mantiene en francés, a pesar de que existe un equivalente en español, Felipe. ¿Por qué se decidió traducir un antropónimo y el otro no? Lo cierto es que esta inconsistencia en cuanto al criterio de traducción de ambos nombres provoca una disonancia cognitiva, es decir, una falta de coherencia entre ellos. No sabemos con certeza los motivos que llevaron a la mencionada divergencia. Lo más probable es que Philippe, al ser un antropónimo de carácter genérico (no el nombre oficial de un miembro de la realeza), se dejara en francés para ser más fieles a la lengua y cultura francesa original que muestra la película.
Actualmente existe un interesante debate sobre si es mejor traducir los antropónimos o mantenerlos en su lengua original.
Este hecho abre un interesante debate, que aún hoy en día sigue candente: en textos y productos audiovisuales que el público va a disfrutar en español, ¿es mejor traducir los antropónimos para adaptarlos a la lengua y cultura meta? o bien, ¿es preferible mantenerlos en su lengua original con el fin de conservar y reflejar de forma fiel la cultura de la que proceden? Esta lucha entre la domesticación y la extranjerización, entre darle prioridad a la lengua meta o a la de partida, lleva librándose desde hace mucho tiempo.
La tendencia actual en España es mantener los nombres de pila en su lengua de origen y así debemos proceder. Sin embargo, se traducen al español los topónimos y los antropónimos de la realeza, papas, personajes históricos y ciertos autores literarios.
La tendencia actual en España es mantener los nombres de pila en su lengua de origen (ejemplo: Philippe) y, por tanto, así es como debemos proceder. Sin embargo, en nuestro país sigue muy arraigada la costumbre de traducir al español los topónimos, así como los antropónimos de la realeza (ejemplo: Luís XIV), papas, personajes históricos y ciertos autores literarios. Esta práctica es completamente correcta y, por eso, se sigue llevando a cabo hoy en día en muchos medios de comunicación, series, películas y textos escritos de diversa índole.
A la hora de tratar con antropónimos hay que mantener un criterio de traducción coherente y lógico que se aplique en todos los casos por igual.
De acuerdo con esta información, las decisiones traductológicas tomadas con respecto a los nombres Luís y Philippe en la versión doblada al español de El hombre de la máscara de hierro son perfectamente válidas y correctas. No obstante, consideramos que lo más importante a la hora de tratar con antropónimos es mantener un criterio de traducción coherente y lógico que se aplique en todos los casos por igual: o se traducen todos los nombres propios o no se traduce ninguno. De esta forma, no se crearán discrepancias lingüísticas como la mencionada en el presente artículo.
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