Una Babel viajera: la traducción turística
A pesar de que parezca sencilla, la traducción turística presenta una serie de especificidades que la hacen compleja. Conocer muy bien el contexto del país de origen y de destino (cultura, sociedad, costumbres/tradiciones, público, idioma, etc.) es fundamental para llevar a cabo una traducción profesional y correcta de los escritos turísticos.
En 2019, el turismo mundial registró un total de 1.500 millones de pasajeros y generó alrededor de 1,48 billones de dólares. España ocupó el segundo lugar en el ranking internacional de países receptores gracias a la llegada de 83,5 millones de turistas que, a su vez, permitieron al sector superar los 79.000 millones de dólares de facturación. Estas cifras tan elevadas nos dan una idea de la importancia que tiene el turismo en la economía mundial en general y en la española en particular.
Entre todos los servicios vinculados a este sector estratégico, la traducción turística desempeña un papel de creciente relevancia. La gran cantidad de contenidos a traducir, en multitud de contextos y con formatos de lo más diverso, han convertido al traductor en el elemento clave para lograr un funcionamiento fluido de la industria.
El traductor ha de ser capaz de contextualizar los diversos tipos de contenido presentes en un escrito turístico para proporcionar una traducción eficaz del mismo que se mantenga alejada de la literalidad.
Sin embargo, la traducción turística tiene unas especificidades que la hacen compleja y que condicionan el trabajo de las empresas que deciden especializarse en este campo. Para empezar, el conocimiento de la cultura y la sociedad del país meta es fundamental si queremos aportar una traducción eficaz de un texto en su idioma que se mantenga alejado de peligrosas literalidades. El folclore, la gastronomía, las costumbres, el arte, las expresiones… El profesional debe ser capaz de contextualizar los diversos tipos de contenido presentes en un escrito turístico para poder ofrecer una traducción ajustada al espíritu y esencia de cada sociedad receptora. En otras palabras, el traductor ha de interpretar adecuadamente el significado de los conceptos que se mencionan en los textos originales y modularlo de acuerdo con la cultura del idioma del visitante.

Foto de Elizeu Dias en Unsplash
Por otro lado, la diversidad de formatos de cada mensaje implica un conocimiento amplio del sector turístico y de sus herramientas. Estas tienen unas características concretas que se deben respetar si se quiere garantizar una traducción eficiente. La enorme variedad de formatos hace que el reto de la traducción turística se extienda a contenidos tan diversos como los blogs, las revistas y catálogos, los folletos, los planos y los mapas, la señalética y la cartelería, las páginas web, los textos asociados a reservas, los billetes, las facturas, los mailings, las piezas audiovisuales promocionales y/o informativas, etc.
Para ofrecer traducciones de calidad, las agencias especializadas en traducción turística suelen utilizar 4 técnicas de traducción: el préstamo léxico, la transposición, la reestructuración y la equivalencia.
Una agencia especializada en la traducción turística debe lidiar en todos estos frentes con la capacitación suficiente como para ofrecer un resultado profesional, caracterizado por traducciones que transmitan mensajes claros y de comprensión inmediata. Con este fin, se emplean distintas técnicas de traducción. Una es el préstamo léxico, es decir, el uso de voces propias de otras lenguas, siempre y cuando sean lo suficientemente conocidas por el público receptor. Por ejemplo, il dolce far niente es una expresión bastante extendida y, por ello, no precisa de traducción alguna. Otra técnica de traducción que se suele utilizar cuando las estructuras lingüísticas de la lengua de origen son diferentes a las de la lengua de destino es la transposición, es decir, el cambio de la categoría gramatical de una palabra o grupo de palabras. También se hace uso de la reestructuración, que consiste en sustituir palabras o frases enteras en lengua original por otras en lengua meta que posean un significado similar a estas. El objetivo es transmitir la esencia de una idea, más que su literalidad. Un ejemplo claro son los refranes o los dichos populares. Por último, en textos de léxico especializado, es habitual emplear la técnica de la equivalencia, que implica un conocimiento experto del campo en cuestión y que permite utilizar un concepto en lengua meta que es equivalente a aquel en lengua original. Por ejemplo: invoice / factura o booking / reserva.