La criptomoneda, el dinero virtual de la nueva era

La criptomoneda, el dinero virtual de la nueva era

La introducción de las criptomonedas en el mercado han provocado un gran revuelo en el ámbito político, económico y también lingüístico.

Ethereum, Tether, Bitcoin, Binance Coin, Ripple, Altcoin… cada vez es más habitual escuchar alguno de estos términos en los medios de comunicación, en las redes sociales o en conversaciones esporádicas entre jóvenes techies. Se trata de palabras que parecen remitir directamente a un mundo tecnológico dentro del que podrían hacer referencia a nuevas aplicaciones, sistemas operativos, lenguajes de programación o nombres de satélites. Y lo cierto es que no va muy desencaminada la cosa, porque estamos hablando de un fenómeno que se encuentra en plena expansión: las criptomonedas.

El creciente uso de las criptomonedas en el mercado digital marca el inicio de una nueva era en las transacciones económicas, que hasta ahora venían asociadas a la moneda tradicional.

El prefijo cripto- procede del griego clásico kryptos y significa ‘oculto’, aunque también puede entenderse como ‘protegido’. Para muchos, este prefijo resume a la perfección el misterio que encierran las nuevas divisas virtuales. Su creciente uso en el mercado digital marca el inicio de una nueva era en las transacciones económicas, que hasta ahora venían asociadas a la moneda tradicional y sus diversos tipos.

No obstante,  la introducción de las criptomonedas en el mercado, realizada al margen de la regulación y el control de las entidades financieras, ha generado un enorme revuelo entre los gobiernos de todo el mundo. No olvidemos la preocupación que provocó el amago de lanzamiento de una moneda virtual propia por parte de Facebook, la Libra, que, según la empresa, se administraba independientemente y estaba respaldada por activos reales. Sin embargo, la Libra generó tantas suspicacias que, al final, su lanzamiento se aparcó hasta la llegada de tiempos mejores, sobre todo en el ámbito político.

En el ámbito del lenguaje y del idioma en concreto, el creciente uso de esos nombres y todos aquellos términos relacionados con ellos, implica una puesta al día de los hablantes en lo que se refiere al léxico. La mayoría de estos vocablos son de origen anglosajón y se han integrado en nuestro vocabulario cotidiano rápidamente. Tenemos, por ejemplo, blockchain, cold storage, airdrop o peer to peer, que mantienen su integridad anglosajona. Sin embargo, hay otros términos como hodl que son el resultado de acrónimos derivados de situaciones increíblemente anecdóticas que han trascendido el mundo del foro de internet y se han instalado en el léxico habitual de la compra-venta de criptomonedas. El castellano, a duras penas, ha logrado defenderse de estos extranjerismos, traduciendo algunas de esas palabras.  Por ello,  en el ámbito de las transacciones económicas digitales, es muy frecuente oír hablar de código abierto, altura del bloque, minería, monedero, multifirma, nodo, etc.

El auge de las criptomonedas supondrá un aumento significativo del uso del léxico anglosajón por parte de los demás idiomas.

Sin duda, el auge de las criptomonedas va a suponer un aumento significativo del uso del léxico anglosajón por parte de los demás idiomas y será necesario estar al tanto de cómo se integran esas nuevas aportaciones en la lengua nativa de cada país.


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